.las horas matan y luego mueren.




eramos el hambre y la piedad con rodillas
comidas en la espera presuntuosa.

cables congelados en sintonía antiquísima.
una cofradía de ciegos a tientas
reunidos bajo la lámpara aceitosa;
alas de polvillo y labio incandescente.

quería ver tu lengua fosforescer en el medio de la noche
que amputes de la pluma 7 almohadas
y con los restos de carbón en mi piel

me fabriques de nuevo.

1 comentario:

ignífugo. dijo...

el carbón bajo el agua,


que sí supo acariciar un lunar,


si hasta le dio más notoriedad.


un beso verde, veronica.

INVERSA

exorcismos sencillitos

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Creemos que el tiempo nos mata lenta e inexorable-mente. Pero además de eso; la hora, al consumirnos, muere también. -como el fenómeno de ciertos insectos- Las palabras exorcizan a las horas. Los dedos liberan al tiempo. El tiempo nos vuelve libres. *