Creemos que el tiempo nos mata
lenta e inexorable-mente.
Pero además de eso;
la hora, al consumirnos,
muere también.
-como el fenómeno
de ciertos insectos-
Las palabras exorcizan a las horas.
Los dedos liberan al tiempo.
El tiempo nos vuelve libres.
*
3 comentarios:
sobre el vertice
siete siete siete
entero
a pedazos
pero su beso llego
un abrazo fuerte
no consumo números impares
El abrazo de un número no tiene escala.
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