.las horas matan y luego mueren.

voy a jugar a que nunca te conocí
ni escuché tu voz cantando
ni las sábanas quemando
voy a jugar a entenderlo todo
la imposibilidad táctil
falta de crédito
la inundación pasada
las deudas pausadas

voy a jugar a que no creciste
- y es la parte cierta-
entonces llorás como un animal maldito
desperdiciando las chances
intoxicando los rincones
propagando tu peste


voy a jugar a salvarme
voy a hacer de cuenta que nuestros ojos jamás se vieron.





realmente





abril XV

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Desprenderse de una parte de uno mismo es fácil si se trata de un sobrante de uña, un compromiso si concierne a unos centímetros de pelo y desafiante si involucra al resto del cuerpo.

El otro no está prendido, no hay
nada que cortar.

El desafío es olvidar lo que uno fue. Y esto es imposible. La vida es la suma de experiencias donde no es posible aplicar la substracción.


teleoalreves dijo...

Cierto

INVERSA

exorcismos sencillitos

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Creemos que el tiempo nos mata lenta e inexorable-mente. Pero además de eso; la hora, al consumirnos, muere también. -como el fenómeno de ciertos insectos- Las palabras exorcizan a las horas. Los dedos liberan al tiempo. El tiempo nos vuelve libres. *