quise explicarle que los sueños no mordían,
que las palabras en fases me toman por asalto,
se derraman impiadosas: jamás intenté detener un exorcismo.
ya en la cima, del reptar oscuro donde entrego los brazos,
sacudo médula y retuerzo esta espina,
asoma bajo el puente de mis preguntas,
señales desde el agua. rieles sin herrumbre,
sales desganadas asomadas a destiempo.

y el vértice de tus ojos, hundidos en el medio,
me queman en la boca.



-nainmosni-
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