.las horas matan y luego mueren.




cuerpo ajeno al traspié de noches indolentes
la fuga del párpado enceguece lo que suele quedarnos al llegar.
levanto mis ruedos,
enjuago mis pesadillas,
sabiendo que ni la sangre hará de mí
algo macabro.

hay una obstinación en la lluvia,
en mis dedos presionando
para que las curvas,
de letras,

hagan el milagro
de que esto

no se muera.












*

5 comentarios:

Delirante dijo...

V_os haciendo milagros

...



puede ser creo eh...

(del cajón)... a la basura dijo...

Me vuelvo devoto de la lectura de su(s) texto(s), aún también de la mala forma de observar sus fotografías…
Lavar penas – enjuagar pesadillas… terminar con dolor… terminar con muerte… terminar…
En la foto(grafía) en cuestión me pregunto qué hay en el punto cardinal que indica su cabeza, pero no así el resto de su cuerpo.
Parece tener rodillas fuertes… ¿temblaran? Soy un ignorante seguidor de Brecht, y no puedo obviar sus rodillas.

Anónimo dijo...

Siempreviva usted, madreselva.

Miguel Rodríguez dijo...

nada muere.

menos las personas y lo que logramos generar.

Buena vibra siempre.

Dulce Magnolia dijo...

y manteniendo un abrazo
lleno de caricias


*
y asi poder seguir caminando






un beso*-*

INVERSA

exorcismos sencillitos

Mi foto
Creemos que el tiempo nos mata lenta e inexorable-mente. Pero además de eso; la hora, al consumirnos, muere también. -como el fenómeno de ciertos insectos- Las palabras exorcizan a las horas. Los dedos liberan al tiempo. El tiempo nos vuelve libres. *