.las horas matan y luego mueren.



te esperé
mascando a Dylan Thomas
naufragando en las sábanas que
se secaban degeneradamente rápido.


te esperé,
yo que jamás supe hacerlo
e
imaginé que un trozo de tu labio
se fundía en mi retina sorda.


-debo ponerme de pie-




y vomitar este refusilo que llevo dentro.















9 comentarios:

seleccionaleatoria dijo...

(arrodillada en thomas, esperando el escupitajo del destino mudo y silencioso)

ignífugo. dijo...

vomita rodillas
la espera.

Anartista dijo...

a cuestas
los
nervios
desenredados
de
tanto
saltito en el medio
:
los pies
saben mucho más que los labios-

ruben. dijo...

ese refusilo que declina en tormenta
que no sea acida asi podes mantener el pie
un abrazo fuerte

ionito dijo...

Pensaba que tal vez algun dia nos teniamos que conocer

pero ese arma parece tan real.

nace: la duda.

atelos dijo...

hola.

me vine desde la concha de la lora, con media neumonía colgando aún de mis cuarenta brazos para actualizar entre otras cosas, el atelos blog.

y los nudos
y los amores
y las dudas
y los pies
y las certezas
y los manteles

querida hermana mia.

asi que cuando gustes, pasate y espiá-


Pd:

el texto triple, como acordamos, no lo transcribí.

ig dijo...

   El crímen se esconde pero no se omite. Está.

Pamela Bram dijo...

yo también te esperé...

Contact dijo...

cargada firme de pies
que aguan boca salada

desde las mismas espinas
se trifulcan las balas
que cuelgo en la ventana




la ruleta da vueltas
pero no se marea

INVERSA

exorcismos sencillitos

Mi foto
Creemos que el tiempo nos mata lenta e inexorable-mente. Pero además de eso; la hora, al consumirnos, muere también. -como el fenómeno de ciertos insectos- Las palabras exorcizan a las horas. Los dedos liberan al tiempo. El tiempo nos vuelve libres. *