deseos sueltos que parezcan que no son de uno mismo y que se confundan con los deseos de los otros. al momento de extrañar nuestros propios deseos e ir por ellos habrá la oportunidad de confundir nuestros deseos con los de los demás.
Creemos que el tiempo nos mata
lenta e inexorable-mente.
Pero además de eso;
la hora, al consumirnos,
muere también.
-como el fenómeno
de ciertos insectos-
Las palabras exorcizan a las horas.
Los dedos liberan al tiempo.
El tiempo nos vuelve libres.
*
3 comentarios:
Las noches de lenguas ciegas...
los deseos se pegotean con la almohada. los amputás y se llena la pieza de plumas...
deseos sueltos que parezcan que no son de uno mismo y que se confundan con los deseos de los otros. al momento de extrañar nuestros propios deseos e ir por ellos habrá la oportunidad de confundir nuestros deseos con los de los demás.
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