.las horas matan y luego mueren.


al anochecer encintado, le abro el pescuezo en milimétricas revoluciones por segundo.
truena un hueso con gusto a cóndilo, y creo ver perpetuarse la mofa inquieta de tanta cintura fracturada. cuando haya en tu pecho un nido de raíces danzarinas, un oxígeno acallado por coloridas premoniciones asfixiantes:


piensa en mí.



que yo estaré haciéndolo sin fraguar, aquí, contigo.

1 comentario:

ig dijo...

   Los vampiros existen. Los hombres lobo también.

INVERSA

exorcismos sencillitos

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Creemos que el tiempo nos mata lenta e inexorable-mente. Pero además de eso; la hora, al consumirnos, muere también. -como el fenómeno de ciertos insectos- Las palabras exorcizan a las horas. Los dedos liberan al tiempo. El tiempo nos vuelve libres. *