reptar por el cuarto cualquier tarde de estas. sin duchas ni luchas aparentes lograr enfocar la raíz de mi pie. lacerada, la lujuria se esconde en los cajones.
Creemos que el tiempo nos mata
lenta e inexorable-mente.
Pero además de eso;
la hora, al consumirnos,
muere también.
-como el fenómeno
de ciertos insectos-
Las palabras exorcizan a las horas.
Los dedos liberan al tiempo.
El tiempo nos vuelve libres.
*
2 comentarios:
es que los cajones
esconden demasiadas cosas
V_esos
los cajones no esconden.
relucen
secretos
a grito
de
ahogado-
Publicar un comentario