.las horas matan y luego mueren.


La manta con la que has cubierto la escena de tanto crimen se ha prendido fuego. Ya no te quedan dosis de caprichos lastimeros en los cajones que apilas desesperadamente. Está roto y no lo ves. Agoniza y pretendes que tus brazos le den shocks de adrenalinas. Ya no te llega el placer. Querrías quedarte bajo la ducha hasta que se te muera el fuego del juego. Besas a tu sábana, porfiando una permanencia ridícula.
Te miro sin siquiera saber cuántos colores tienen tus iris mutante.
La pasiflora que bebes en la mañana no logra extirparme de vos.
Deberías intentar asesinarme. Lenta e implacablemente.
Que remuevan las tripas y se caigan los azulejos de esta hipocresía.
Dúrame efecto. Pulsaciones con tal raíz adivinatoria sirenas hipocondríacas ,
excedidas de peso oprimen en tus brazos las marca muertas .
Yo limpiaré la sangre del piso, tú lavarás mis vómitos de exorcismo, cruel batalla, yo no amiga.
Se pierde la maravilla del juego rojo sobre blanco oprimen teclas grises así para que luego algunos ojos en trance puedan develar el monstruoso crimen a cometerse. Devolveremos las prendas en un horario a combinar.
El viaje se asemeja a un viaje en gran barco con vueltas. Se mueve , mar muerto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No ha puesto nombre a tal cosa niña



y que no?





















la saludo desde este lunes de horarios extraños



sin saber donde estoy





























estoy en pie?

INVERSA

exorcismos sencillitos

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Creemos que el tiempo nos mata lenta e inexorable-mente. Pero además de eso; la hora, al consumirnos, muere también. -como el fenómeno de ciertos insectos- Las palabras exorcizan a las horas. Los dedos liberan al tiempo. El tiempo nos vuelve libres. *