Creemos que el tiempo nos mata
lenta e inexorable-mente.
Pero además de eso;
la hora, al consumirnos,
muere también.
-como el fenómeno
de ciertos insectos-
Las palabras exorcizan a las horas.
Los dedos liberan al tiempo.
El tiempo nos vuelve libres.
*
2 comentarios:
Cargando al hombro a un elefante que se perdió, hace años.
pobre cuerpo.
el alma cobarde soporta lo indecible.
a veces
creo.
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