.las horas matan y luego mueren.

lo único que sucede es el fondo del trueno
el techo de un rayo
ahora
que se queja atragantada la garganta de mi patio
agua recibida
luz lunar
apercibido existe
 ceses remolques
fin de curso noches estrelladas:
de quedarse sin las ganas de quedarse con las ganas.
escribir sin pensar tiene sus beneficios.
drenar no tiene precio.


(voy a querer imprimirme tu comentario)



sé que nada espero.
cuando todo ocurre creyéndome
quieta.



*






1 comentario:

Anónimo dijo...

Y el árbol se queda ahí, no se mueve. Estira las raices y se come la tierra que alcanza. Espera por el agua que suele llegar con la violencia de los vientos. Suspira a las estrellas por las noches. Ejercita las fibras bajo el sol. Alberga a insectos, hongos, alimañas, algunos animales de paso, y en ocasiones, resiste las expresiones del hombre.

Pasa años elevandose con los brazos abiertos hasta que los huesos se le parten y cae de costado. Duerme; devolviendose a la tierra como la tierra que es.

Así pasa su vida. Ahí, donde nació, ahí donde murió, ahí donde yacían los miles de retoños que fue, ahí donde yacerán los millones de retoños que será.


PD: El agua es el alma de toda la vida y los océanos son los verdaderos cielos.

INVERSA

exorcismos sencillitos

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Creemos que el tiempo nos mata lenta e inexorable-mente. Pero además de eso; la hora, al consumirnos, muere también. -como el fenómeno de ciertos insectos- Las palabras exorcizan a las horas. Los dedos liberan al tiempo. El tiempo nos vuelve libres. *