.las horas matan y luego mueren.













todo lo que fui ha sido enterrado. desde el agua veo los fosforescentes rastros de tu estela incolora.
y en las horas vacías te rellenas con tu idea de mí, con la soga al cuello y las manos raídas.
existe un pulso brevísimo donde todo queda quieto: es la muerte que tanto se parece al sueño.
sólo que nos movemos, esperanzados en poder despertar.
y contra la pared, retazos de cada sílaba pronunciada.
todo en este tiempo se ha tornado tan volátil, tan frígido, tan esterilizado.
por eso me desmembré. por eso me queda, meter bajo algas, todo el presente ya id
o.







*

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero al despertar quizás ya somos otro.
(Bendiciones del sueño eterno...)

Caleidoscopía dijo...

Es simple el sueño muerte, que se torna complejo
en la sepultura de las horas y sus agujan
punzando todo lo que nos compone, y
que muchas veces parece que ya nada queda de eso.

INVERSA

exorcismos sencillitos

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Creemos que el tiempo nos mata lenta e inexorable-mente. Pero además de eso; la hora, al consumirnos, muere también. -como el fenómeno de ciertos insectos- Las palabras exorcizan a las horas. Los dedos liberan al tiempo. El tiempo nos vuelve libres. *