.las horas matan y luego mueren.








Una canción me rodó, y rondó en la corteza terrestre de mi cerebro atestado
todo el día:

Noches Árticas, de Nacho Vegas.

Claro, manejar enloquecida por la ciudad escuchando tamañas guarradas
existenciales no es tarea fácil.
La sangre se disloca y el absurdo se mezcla con semáforos,
con gestos increíbles, y yo sólo pienso que quisiera volver a casa a pegar mi
culo a la estufa.

Y que la piel me quede roja, como las mañanas árticas de ida al colegio.



Pienso en las cajas de música. Supongo que fascinan a todos.
Claro que no soy excepción a ninguna regla.

Esto es un diario! claro, lo había olvidado por completo.


Las cajas de música, imposibles de parar.


Eso dice la letra, que es honda como lanza y herida medieval.

(no tiene sentido literario, sólo sé escribir imágenes)


Sólo puede detenerse una caja de música
rompiéndola, o esperando hasta que la melodía acabe.



Son 2 caminos. No hay alternativas.







Y eso me parece hermoso.









-Gracias por las canciones-








A quien corresponda.








*

5 comentarios:

Miguel Rodríguez dijo...

y gracias por las palabras, sangre de las canciones.

One dijo...

romperse
o terminar la melodía.

sueños de noches árticas.


yo a ti.

quiero te.

insomian. dijo...

Vos.
Amor.
Vos.

One dijo...

aquí.

las vocales vierten voces.




yo a ti.


siempre.

Anónimo dijo...

Apreciar la musica y todas las sensibilidades que la rodean es cosa fina y elegante que no esta al alance de todos...

Inquietante foto, hermoso texto.

Eres pura Revolución* que sigo desde la sombra anonima.

Tu me lo permites.Gracias.

Pink-i

INVERSA

exorcismos sencillitos

Mi foto
Creemos que el tiempo nos mata lenta e inexorable-mente. Pero además de eso; la hora, al consumirnos, muere también. -como el fenómeno de ciertos insectos- Las palabras exorcizan a las horas. Los dedos liberan al tiempo. El tiempo nos vuelve libres. *