
Una canción me rodó, y rondó en la corteza terrestre de mi cerebro atestado
todo el día:
Noches Árticas, de Nacho Vegas.
Claro, manejar enloquecida por la ciudad escuchando tamañas guarradas
existenciales no es tarea fácil.
La sangre se disloca y el absurdo se mezcla con semáforos,
con gestos increíbles, y yo sólo pienso que quisiera volver a casa a pegar mi
culo a la estufa.
Y que la piel me quede roja, como las mañanas árticas de ida al colegio.
Pienso en las cajas de música. Supongo que fascinan a todos.
Claro que no soy excepción a ninguna regla.
Esto es un diario! claro, lo había olvidado por completo.
Las cajas de música, imposibles de parar.
Eso dice la letra, que es honda como lanza y herida medieval.
(no tiene sentido literario, sólo sé escribir imágenes)
Sólo puede detenerse una caja de música
rompiéndola, o esperando hasta que la melodía acabe.
Son 2 caminos. No hay alternativas.
Y eso me parece hermoso.
-Gracias por las canciones-
A quien corresponda.
*
5 comentarios:
y gracias por las palabras, sangre de las canciones.
romperse
o terminar la melodía.
sueños de noches árticas.
yo a ti.
quiero te.
Vos.
Amor.
Vos.
aquí.
las vocales vierten voces.
yo a ti.
siempre.
Apreciar la musica y todas las sensibilidades que la rodean es cosa fina y elegante que no esta al alance de todos...
Inquietante foto, hermoso texto.
Eres pura Revolución* que sigo desde la sombra anonima.
Tu me lo permites.Gracias.
Pink-i
Publicar un comentario